Siguiendo los pasos de Hna. Tecla Merlo he visto su experiencia mariano-paulina y me enamoré de ella. Soy una Hija de San Pablo, tengo la hermosa edad de 96 años, casi 97… Encontré entre los papeles no oficiales, una oración familiar que llevo conmigo desde muchos años, en el rincón imborrable del corazón y me ha acompañado por todo el mundo. Tiene al principio el sí como ese que tuvo ella y sus primeras hijas. Supongo que la repetía a menudo. Expresa claramente la relación filial, confidencial con su (y nuestra) Madre. Quién sabe cuántas veces la habrá repetido en su larga vida: Todo de ti, para ti. Tú acompáñame en todas partes. Tú sugiéreme lo que debo hacer. Lo que debo decir. Tú ponéme en la mente, en el corazón y en los labios lo que vez útil: dímelo para mí, para las hermanas que son tus hijas. María confío en tí: que pueda imitar tu humildad, tu caridad, tu espíritu de sacrificio, tu amor a Jesús y a las almas. Toda la vida de la Venerable Tecla Merlo fue un camino mariano. Durante los viajes invitaba a reconocer a la Virgen como Primera Maestra y a confiarle todo a ella. De ella esperamos todas las gracias, ella es la dispensadora. A Maria todo le fue donado para que todo pudiera donar, como para toda vocación.
Dios abrió los caminos del mundo a Hna. Tecla. Ella rezaba siempre: Acompáñame en todas partes. ¿Cuáles? No lo sabe, pero siente la llamada y se pone a disposición del Señor. Su corazón era misionero, abrazaba al mundo, a los pobres, especialmente a los que no conocían el Evangelio: ¡las circulares de sus viajes intercontinentales eran conmovedoras! ¡Nos había enseñado durante la formación a vivir como Paulinas con el prójimo en el corazón! Hacer catequesis en las parroquias, en edificios en ruinas y en los barrios humildes, nos invitaba a compartir lo poco que teníamos, y no olvidaba nunca: ¡como Paulinas lleven una buena palabra, un folleto, una página de Evangelio! ¡Era una madre!
Sorprendentemente, la pequeña semilla se desarrolla. La Prima Maestra es la madre atenta, pronta, fuerte, que cultiva la semilla. Llegan las primeras vocaciones, se intentan las primeras iniciativas del “nuevo” apostolado. Y la partida “de Alba al mundo” es como una peregrinación paulina- mariana de entrega a María.
Maestra Tecla fue al extranjero 22 veces. El primer viaje es antes de la guerra mundial para visitar a las hermanas de los Estados Unidos, Brasil y Argentina, viaja por mar sola, piensa y reza: Maria, sugiéreme lo que debo hacer y lo que debo decir. Mira a lo lejos, se confía y encomienda aquel continente mariano por excelencia; sugiéreme lo que debo decir… como en cada visita, en todos los continentes, abraza a las hermanas, como lo habría hecho María, porque son tus hijas, y comunica con amor lo que ha aprendido y asimilado de la vocación paulina: vivir a Cristo como lo ha comprendido, vivido y comunicado san Pablo; anunciar el Evangelio testimoniándolo con la vida y ofreciéndolo con una valiente evangelización en la Iglesia con los medios de comunicación. Decía «Quisiera tener mil vidas para el Evangelio» y el Señor daba con signos una impronta auténtica en el camino de cada fundación. Sus viajes nos han permitido el desarrollo apostólico en cada continente y gozar por su característica paulina y mariana. Cuando terminó la guerra, fue como un nuevo comienzo: volvieron las vocaciones, florecieron de nuevo las comunidades.
La Primera Maestra y el Primer Maestro pensaron en un Santuario a la Reina de los Apóstoles, que se construiría en Roma. El P. Alberione lo había prometido pidiendo que los paulinos y paulinas del mundo salieran ilesos de la guerra, ¡nadie en el mundo había perecido!
El Santuario Reina de los Apóstoles en Roma, es la obligación de gratitud por la promesa hecha y la gracia recibida, y es el gran amor de la Primera Maestra, siempre dispuesta a cumplir con fe las directrices del Fundado. Ella solícita al compromiso de todas: «cada una será fiel al programa espiritual que se ha propuesto… pero todas responderemos al compromiso: terminar la construcción de la Iglesia Reina de los Apóstoles».
Las vocaciones se multiplicaron y se multiplica el cuidado y la creación de los “santuarios marianos” que son sus hijas. Hna. Tecla precede. Se confía y encomienda a Maria.
Rosaria Aimo, fsp