Yo podría comparar mi relación de afecto, confianza y docilidad con la Primera Maestra a un jardín de muchos colores, con muchas flores de diferente tamaño y belleza. En los años de la formación (1949-1956) pude notar muchas florecillas, o sea encuentros con un simple saludo y sonrisa, o de sus breves conferencias al grupo. Pero recuerdo como una bella flor el 6 de febrero de 1957.