Es preciso que la novena a la fiesta de Santa Tecla

15 de septiembre de 1960

“Es preciso que la novena a la fiesta de Santa Tecla se haga con todo nuestro ser: pensamientos rectos y humildes; sentimientos rectos y humildes; apostolado recto y humilde; relaciones mutuas rectas y humildes. La humildad será la fuente siempre viva de la gracia para ustedes y para el Instituto.

La Primera Maestra, en esto les da un ejemplo en el que todas, sin excepción, pueden mirarse como en un espejo. Lo dió siempre, desde los inicios de la Congregación. Su actitud ha sido siempre sencilla, humilde, recogida.

El can. Chiesa viéndola pasar un día dijo: «Ella es un alma elegida» y eso que todavía no la conocía, como la ha conoció después.

Ha sido canonizada Mazzarello que, no era instruida, sin embargo guío tan bien su Instituto. La sabiduría no depende de las elucubraciones, sino de la gracia del Espíritu Santo. A la Primera Maestra le deben todo y yo también le debo mucho, porque me ha iluminado y orientado en cosas y circunstan­cias alegres y tristes; ha sido un consuelo en las dificultades que me estorbaban en el camino.

Se es religiosa y paulina, primero que todo. La Primera Maestra ha sido iluminada por Dios: ha tenido una luz tal para la selección de las personas para los diferentes oficios que también a mí alguna vez me dejó maravillado… (…)

Las querría a todas como la Primera Maestra. Nada sin ella con ella todo.

“No soy muy amigo de las fiestas ruidosas, de las cartas, de los cantos especiales, etc. Prefiero el ejercicio de las virtudes y la imitación de la festejada. Seguir a la Primera Maestra humildemente, dócilmente; cumplir con cariño lo que ella dice: no resistir a su voluntad, ayudarla con la oración; actuar de tal modo que no tenga que llevar el peso de su responsabilidad con pena”.

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