Testimonio de Hna. Verónica Doss  

 

19-02-2021

 

Querida Hna. Anna Caiazza,

Alaben conmigo al Señor porque Su gran misericordia no tiene fin.

Mi corazón está lleno de profunda gratitud y alabanzas a Él porque me ha dado una segunda vida y una segunda oportunidad para alabarlo, amarlo y servirlo ahora y por toda la eternidad.

Hace un año, por esta fecha, jamás habría soñado compartir este testimonio con ustedes.

Me diagnosticaron cáncer por primera vez en mayo de 2020. A partir de entonces comenzaron los ciclos de quimioterapia. Pasé por casi ocho quimio y los medicamentos – algunos de los cuales aumentaron el dolor – me asustaron.

En ese momento todo parecía oscuro, casi sin esperanza… todo lo que lograba pensar era el terrible dolor y la persistente duda cómo superaría esta noche oscura. Entonces cada paso era una tortura. Solo había lágrimas, y todo me parecía tan triste y sombrío. Me preguntaba por qué. Estaba en schok, y física, mental y psicológicamente, afectada. Todo lo que podía pensar en ese momento era que no lo lograría y dije: «Jesús, te ruego, tómame. No puedo soportar este sufrimiento y este dolor». No era capaz de caminar, ni siquiera podía dar un paso. Gemía de dolor, nada que decir sobre comer o dormir.

Los médicos que comenzaron el tratamiento dijeron a las hermanas que mi situación era muy grave y que el cáncer se había extendido y lo único necesario era rezar incesantemente.

Ese día entraron en acción los guerreros de la oración, sobre todo las hermanas de mi comunidad y de toda la provincia de la India. Todas estaban de rodillas ante el Santísimo Sacramento. Se inició una adoración especial por mi curación y el Cielo fue literalmente tomado por asalto con las oraciones por mí.

Las hermanas de la comunidad, de la provincia y de toda la congregación con una sola mente y un solo corazón comenzaron a invocar la poderosa intercesión de nuestra Primera Maestra Tecla por mi sanación. Creo verdaderamente – y no solo yo, sino todas las hermanas de la provincia han creido en el momento en que supieron que los resultados de los controles médicos estaban en su parámetros normales – que ha sido una gracia de la Primera Maestra Tecla. El 5 de febrero, en el aniversario de la entrada al cielo de Maestra Tecla, recibí la noticia que también mi TAC era normal.

El doctor, a quien le estoy particularmente agradecida, hizo de verdad un trabajo maravilloso. También el doctor fue una bendición del Señor. Y sobre todo, nuestro Gran Doctor Jesús, que puso Sus manos y Su mente en las manos y en la mente de mi doctor para darme el tratamiento adecuado.

Hace un año, en esta fecha, jamás habría soñado compartir este testimonio con ustedes. Por lo tanto, queridos amigos todo lo que puedo decir, con nuestra dulce Madre MARIA es: « ¡Mi alma glorifica al Señor. Mi espíritu exulta en Dios mi Salvador!».

Con los mejores deseos de oración,

Hna. Veronica Doss, fsp
Comunidad: Bangalore – India

 

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